El pasado fin de semana se llevo a cabo el 60º Clásico Mr. México y mi experiencia como competidora y principalmente como espectadora me hace querer escribir y compartirles esta nota. Además la temporada de competencias de este año aún no termina y sean o no competidores les será de gran utilidad.
Previo a la competencia se deben cuidar muchos detalles: que si ya quito el sodio, los carbos, que si el bikini, el peinado, la pintura… siempre revisamos que todo esté en orden pero muchas veces nos olvidamos de que parte de nuestra preparación también es o debería ser nuestra presencia en el escenario, de nada servirá toda nuestra inversión en tiempo, dinero y esfuerzo si no practicamos nuestra actuación en la tarima.
Les hablo de la COMUNICACIÓN NO VERBAL, el cuerpo no sabe mentir, les explico, si no estás muy seguro de verte en la mejor forma de tu vida, tu cuerpo se encargará de delatarlo a través de expresiones y movimientos que denotarán tu falta de seguridad. El pasado fin de semana pude ver muchos competidores que “a la mera hora” se pusieron nerviosos y todos los presentes lo notamos; nervios todos tenemos, pero nunca hay que enviar señales de que los hay…algo en el movimiento de sus manos, en su postura, en la dirección que veían sus ojos nos revelaba que no estaban disfrutando el momento, eso es algo que se transmite, que los jueces sienten aunque no precisan qué es, e invariablemente forma parte de la calificación. Tenemos que comunicar confianza, para ello debemos trabajar en tener seguridad en nosotros mismos para poder incrementar la eficiencia de nuestra actuación en público.
Los puntos clave son la forma de caminar, la postura, los ademanes, los gestos de nuestro rostro (la sonrisa es bá-si-ca) y el contacto visual.
La acción parece venir después del sentimiento pero ambos ocurren juntos, por lo tanto, regulando la acción, que está bajo nuestro control, indirectamente podemos regular el sentimiento. Aplicando esto inferimos que no podemos estar 100% seguros de nosotros mismos hasta que no empecemos a asumir las acciones de una persona segura de sí misma y entonces los sentimientos que transmitamos irán asociados automáticamente.
Así que vamos a ahondar más a lo que me refiero con los puntos clave:
La forma de caminar y la postura transmiten muchos mensajes, perecería que todos sabemos cómo hacerlo porque llevamos toda la vida haciéndolo pero seguramente han visto personas caminando con la pelvis hacia el frente o con las puntas de los pies caminando como “patitos”, eso da mensajes de lentitud, pereza, falta de energía, placidez y hasta una actitud ante la vida de despreocupación, ¡imagínense llegar a una entrevista de trabajo así!, también ocurre el caso contrario, gente que se inclina hacia delante, eso comunica prisa, angustia y hasta desesperación. Recuerden lo que les ha transmitido una persona que camina viendo al suelo con los hombros hacia delante, la espalda encorvado y las manos en los bolsillos, seguramente se imaginaron una persona que parece derrotado o por lo menos triste. Ahora recuerden a quien hayan visto caminado con la cara alzada, elevando el mentón y mirando ligeramente hacia arriba, tal vez a muchas personas les haga sentir que se cree superior a los demás presentes.
Hay mucha información en nuestra forma de caminar pero también en los ademanes que utilizamos, estos son la palabra en movimiento, pero hay que usarlos con moderación en los momentos oportunos.
La expresión de nuestro rostro puede también sustituir palabras e ir mucho más lejos. El gesto más favorecedor es la sonrisa, es lo más favorecedor que podemos hacer para generar confianza.
El contacto visual con los demás es tender un sólido puente de comunicación entre dos lugares distantes, como sucede entre los jueces y las competidores en las competencias de fitness, no hacerlo produce desconfianza.
Recuerden que aprendiendo a realizar acciones se puede controlar la transmisión de los sentimientos correspondientes.
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